Parar el modo “Automático”
Tras haber celebrado otra sesión de Biodanza y de coaching grupal en La Maison ayer por la mañana, no sólo he podido experimentar y corroborar con el grupo la importancia de conectar con nuestro cuerpo, con el movimiento, con la danza y estar a la escucha del ritmo de nuestra vida, pero también he podido comprobar la importancia fundamental, hasta vital, de desconectar de nuestra mente.
Durante el desayuno del evento “Buen Despertar“, hablamos del desafío de desconectar del modo automático de vivir, de romper con nuestra tendencia de vivir como el “ratón de laboratorio” que no para de correr en su rueda, esperando a que un día la rueda se pare para finalmente ser feliz y sereno… Quizás existe una otra opción de vivir sin esperar que la felicidad aparezca en un futuro próximo y sin estar tan estresado.
La rueda se para cuando decidimos romper con el modo automático, cuando decidimos poner conciencia a nuestro ritmo de vida y a nuestros actos.
Para ello, existen multitudes de técnicas: meditación, mindfulness, EFT, respiración, reiki, Magnified Healing®, hacer deportes o bien sencillamente… Parar 3 minutos, cerrar los ojos, respirar profundamente y lentamente, poner nuestras manos en el corazón, sentir nuestro cuerpo, captar nuestras emociones y estar. Estar en el Aquí y Ahora. Tomar presencia. Podemos preguntarnos en este momento de toma de conciencia: “¿Como me siento? ¿Como esta mi cuerpo? ¿Hay tensiones?” Entonces, sólo entonces, hemos parado la rueda. Nos hemos dado cuenta de nuestro estado interno. Hemos conectado con nosotros mismos, con nuestro yo interior.
Viene a partir de ahí, la segunda parte. Decidir bajar de la rueda. Decidir hacer algo nuevo preguntándose: “¿Que me pide ahora el cuerpo? ¿Qué puedo hacer de diferente?”. Y pasar a la acción. No hablamos de una acción gigantesca ni abismal. Un pequeño cambio que significará el principio de tu cambio interior. Para el ratón, puede ser tal vez tocar el suelo con una pata para sentir como es de estar en tierra firme.
Tercer paso: celebrarlo contigo mismo. Abrazarte, mimarme, hablarte con delicadeza, aplaudirte, comprarte un helado para celebrar contigo mismo este gran paso que has sabido dar.
Te toca ahora pasar a la practica.
Te toca entrenarte a …. parar.
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